lunes, 11 de septiembre de 2023

El día que Anthony Bowie pasó a la historia


 ¿Fue cuando ganó la Euroliga en 1999 con Zalgiris? No.

¿Fue un año después, ganando la Copa Saporta con AEK Atenas siendo elegido MVP de la final? Tampoco.

¿Fue en 1989 cuando lo eligieron MVP de la CBA jugando para Quad City Thunder? No, fue unos años después.

Fue el día de San José de 1996. Con Nick Anderson lesionado, Anthony Bowie de 32 años salía en el quinteto titular de los Orlando Magic junto a Penny Hardaway, Dennis Scott, Horace Grant y Shaquille O’Neal. Su segunda titularidad en aquella temporada.

Los Magic llegaban a ese partido con un balance de 49-17 y ya estaban contando los días que faltaban para enfrentarse a los Bulls en las finales del Este. Dominando al final del tercer cuarto por 79-63 a los Pistons de Grant Hill y Allan Houston, parecía que el final del partido iba a ser tranquilo… nada más alejado de la realidad.

A falta de 2,7 segundos del final los Pistons fallan un tiro libre. Bowie atrapa un rebote en su canasta y pide tiempo muerto. El marcador reflejaba un 111-91. En el banquillo, su entrenador Brian Hill lo miraba con una cara entre incredulidad y enfado. En el banquillo rival, Doug Collins simplemente estaba furioso.

Bowie estaba haciendo su mejor partido del año, y en ese preciso instante tenía una estadística de 20 puntos, 10 rebotes y 9 asistencias. Sí, lo habéis adivinado. La que se iba a armar por un triple doble.

¿Cuántas veces un jugador de rotación NBA puede ser capaz de hacer un triple doble en un partido oficial? Pues muy pocas, para muchos seguramente una vez en la vida. Anthony Bowie no iba a desaprovechar esa oportunidad de cumplir su sueño.

Regresamos al tiempo muerto. Banquillo de los Magic. Brian Hill sigue sin creerse la situación, se encoge de hombros y le da la pizarra a Bowie. No quiere ser partícipe de ese teatro. Pero sí que lo estaba siendo, ¿o acaso no podría haberlo sustituido en ese momento? Bowie rápidamente dibuja unos trazos en la pizarra para culminar su jugada maestra. Joe Wolf le pasaría desde la banda y el se la daría a David Vaughn para anotar.

Banquillo de los Pistons. Doug Collins por unos momentos duda en cómo actuar, como esas películas donde el protagonista tiene un demonio en un hombro y un angelito en el otro. Le parece un tiempo muerto rastrero, y seguro que por su mente aparecen las imágenes de alguno de sus jugadores ¿Don Reid? ¿Lou Roe? ¿Theo Ratliff? haciéndole una falta a Bowie y enviándolo a la cuarta fila de espectadores.

Acaba el tiempo muerto. Balón para Wolf, el pase cruza la cancha hasta llegar a las manos de Bowie que asiste para el mate de Vaughn. Décima asistencia, misión cumplida. Doug Collins no se dejó llevar por ese impulso violento, quién sabe lo que hubiera sucedido unos años antes con los Bad Boys de Chuck Daly en una situación igual, y simplemente ordenó a sus jugadores que se quedaran en la banda opuesta sin moverse. Lindsey Hunter de hecho estaba sentado en el parqué con una toalla sobre los hombros.

Quedan 8 décimas de segundo después de la canasta, pero todo el mundo sabe que el partido ya acabó. Los jugadores de los Pistons abandonan la pista y Anthony Bowie la cruza a toda velocidad para intentar detener en la boca del túnel de vestuarios a un Doug Collins que se lo quita de encima de mala manera sin aceptar sus explicaciones.

El propio Bowie opinaba años después sobre el incidente:

 "¿Arrepentirme? No entiendo por qué la gente dice que debería arrepentirme de tener un triple-doble, independientemente de cómo llegó. El triple-doble está en los libros de historia, no importa lo que sucedió. No guardo rencor ni malos pensamientos hacia nadie con quien jugué, ni tampoco sentí que estaba mal lo que hice. No fue para avergonzar ni dañar a nadie. Es un juego".

Ya en los vestuarios, Brian Hill también trató de disculparse con Doug Collins, pero tuvo que conformarse con hacerlo con sus asistentes primero y en la rueda de prensa más tarde. Collins no quiso hablar con nadie de este tema. Por si fuera poco, la NBA acabaría sancionándolo con 5.000 dólares por ordenar que su equipo abandonase la pista antes de tiempo.

Por lo contrario, los jugadores de los Magic estaban encantados con la hazaña de su compañero, sirvan de ejemplo las declaraciones de Shaquille O’Neal.

“Me alegro de que lo consiguiera. No me importa quién se pueda enfadar. Con tanto talento en el equipo, Anthony Bowie casi nunca tiene la ocasión de jugar muchos minutos. El pasó por la CBA. Mucha gente pensaba que nunca llegaría a la NBA. Tuvo su oportunidad. Vino aquí, y ahora ha conseguido el primer triple doble de su carrera. Me alegro por él, y no podría importarme menos que Doug Collins se haya enfadado”.

Esa temporada sería la última de Bowie con los Magic. Regresó a Italia para jugar la temporada 1996-1997, y con los Knicks tuvo un paso testimonial en 1998 para cerrar su carrera NBA. Después del partido del triple doble contra los Pistons, sus máximos estadísticos fueron 16 puntos, 5 rebotes y 7 asistencias. Nunca más volvió a estar cerca del triple doble.

Volviendo a aquel 19 de marzo de 1996, destacar que más allá de las figuras de Bowie fue una noche mágica (valga la redundancia) de números. Con esa victoria los Magic lograban sellar su tercera temporada consecutiva de 50 victorias. Además era la 33ª victoria como local de la temporada para un total de 40 victorias seguidas en casa, una racha que romperían los Lakers en el siguiente partido una semana después.

Por si fuera poco, Dennis Scott rompía el récord de John Starks de más triples anotados en regular season, superando la cifra de 217 triples. El nuevo récord quedó en 267 triples, y tuvieron que pasar 10 años para que Ray Allen lo mejorase.

Pero aún queda otra marca histórica de ese mismo partido. El reserva de los Magic Brooks Thompson anotó 21 puntos en el último cuarto, consiguiendo el récord histórico de puntos de la franquicia en un cuarto. Este registro no se batió hasta que 25 años más tarde Terrence Ross anotó 22 puntos en el último cuarto en la victoria 110-104 frente a los Knicks.

También con el paso del tiempo Doug Collins acabaría restándole importancia a lo sucedido esa noche:

“Me gusta Anthony, siempre fue un buen tipo. Lo conocía desde que intentamos reclutarlo en Arizona State cuando yo era entrenador asistente. Puedo comprender su extravagancia. Seguramente era la única oportunidad en su vida de lograr algo así. Pero cuando estás perdiendo un partido de la manera que lo hicimos nosotros, lógicamente es algo que nunca vas a encajar bien. Cuando pasen 10 años nadie se acordará de las circunstancias y el podrá decir que hizo un triple doble”.

El récord de triples de Dennis Scott caerá en el olvido, igual que el récord de puntos de Brooks Thompson, pero siempre nos acordaremos del día que Anthony Bowie consiguió su triple doble y de cómo lo hizo. Para eso están YouTube y los artículos.

 

 

martes, 15 de agosto de 2023

¿Quién dijo... (23)

Richie Powers

“... Me sentí como si estuviera en el escenario del Radio City Music Hall. Fue genial recibir tal homenaje, pero no pude evitar pensar que antes de que terminara el partido escucharía a alguien gritar: 'Oye, Powers, deberías haber retirado en el 999, inútil'".

Richie Powers - Árbitro NBA en su 18º temporada.

Corría el 18 de noviembre de 1973, y en el Forum de los Angeles, los Cavaliers visitaban a los Lakers. El partido se detuvo y el GM de los Lakers Pete Newell entraba en la cancha para estrechar la mano de Richie Powers, que se convertía aquella noche en el segundo árbitro de la NBA en superar los 1000 partidos. Mendy Rudolph fue el primero.

Tras 10 segundos de partido, y señalar una falta en ataque de Cleveland, lo último que esperaba un perplejo Powers era recibir una ovación con el público del pabellón en pie. Ciertamente, la primera en su trayectoria como colegiado. Mientras Newwell le entregaba un balón conmemorativo autografiado, Chick Hearn, el eterno comentarista de los Lakers, micrófono en mano informaba a todos los asistentes de la hazaña milenaria.

El resultado del partido no es lo más importante para esta historia, pero acabó con victoria local 102-100 para alegría de Bill Fitch, entrenador de los Cavs, que dejaría otra frase para la historia tras haber conseguido romper la racha de 7 derrotas consecutivas en LA por 17 o más puntos:

“Me alegro de que el partido de esta noche haya sido ajustado y que la gente no haya empezado a vaciar las gradas al descanso como nos suele pasar aquí. Probablemente sea la primera vez que provocamos un atasco de tráfico en el Forum”.