Situémonos en el contexto. Recién finalizada la 2ª Guerra Mundial y con el país volviendo poco a poco a la normalidad, en 1946 se produce el nacimiento de la BAA (Basketball Association of America) que finalmente acabaría siendo la predecesora de la actual NBA. El millonario Mike Uline decidió que Red Auerbach, entrenador de los marines de la base de Norfolk, sería la persona adecuada para tomar las riendas de sus Washington Capitals.
El primer draft de la BAA no se realizó hasta 1947, así que los jugadores que acababan de finalizar su carrera universitaria se incorporaban con los demás al grupo de agentes libres. Este fue el caso de Horace "Bones" McKinney, un alero alto All-American de 27 años que había brillado en North Carolina. Auerbach se había tomado mucho interés en hacerle saber que estaban muy interesados en su incorporación, pero McKinney era reacio a firmar por los Capitols, y decidió viajar a Chicago para negociar la oferta que le habían hecho los Chicago Stags. Saliendo desde su casa en Durham, Bones decidió hacer un alto en el camino parando en el Hotel Statler en Washington DC.
Como si se tratara de una película de espías, Red tenía a sus contactos vigilando los movimientos del jugador, y en cuanto supo que lo tenía cerca decidió ir a por él. Al ir al baño del hall del hotel, McKinney sin saberlo se encontró con su futuro entrenador. Poco acostumbrado a la grandilocuencia y la zalamería de su interlocutor, una vez superada la sorpresa inicial, Bones salió convencido de aquel baño tras firmar un contrato por los Washington Capitols que "casualmente" Auerbach llevaba encima.
Bones McKinney estuvo 6 temporadas en la NBA, 5 de ellas con Auerbach entre Washington y Boston. En su primera temporada fue elegido para el quinteto ideal de la BAA y los Capitols arrasaron en la regular season (49-11) antes de caer en semifinales precisamente contra los Chicago Stags.
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