Sam Perkins, pívot titular de los Indiana Pacers, en unas declaraciones con dosis de honestidad y resignación a partes iguales unas semanas antes de jugar su último partido en la NBA.


Es curioso como el destino ha bendecido con un triplete a todos los equipos que derrotaban a Sam Perkins en la final. La actividad en los despachos aquel verano del 2000 hizo que una plantilla vieja que se quedó a un paso de la gloria se convirtiera en un equipo mayoritariamente joven en construcción. Llegaba Jermaine O'Neal por Dale Davis, Mark Jackson y Chris Mullin se marchaban como agentes libres y Rik Smits se retiraba. Reggie Miller y Derrick McKey eran los únicos supervivientes veteranos. Aunque Perkins ya había anunciado su retirada en el 2000, aún se veía capaz de seguir una temporada más y renovó con un contrato por 3 años. Compartiendo posición de 5 con Tabak, Brezec y Jeff Foster tuvo que jugar más de lo esperado para que los Pacers entraran en Playoffs, donde los Sixers de Allen Iverson pondrían punto y final a su carrera. El verano siguiente con la excusa económica de la Luxury Tax los Pacers rompían el contrato no garantizado de Perkins, que ya lo veía venir, y abandonaba de esta manera la NBA tras 17 temporadas por la puerta de atrás y sin ningún anillo de campeón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario